Historias (B-54)

 Durante Buena parte de la historia, los censores encargados de mantener la moral de la población se dedicaron a tapar y esconder aquellas partes impúdicas de las obras pictóricas y esculturales que mostraban los genitales. De ahí que muchas esculturas que representaban a hombres desnudos apareciesen con una hoja de parra tapándole sus partes e incluso hubo quien ordenó que fueran arrancadas con un cincel y martillo. Ese exagerado puritanismo privó a infinidad de generaciones disfrutar de dichas obras de arte en todo su esplendor. Pero lo que parece que fue cosa de tiempos pasados y regímenes obsoletos y dictatoriales, es algo que hoy en día, en pleno siglo XXI, todavía sigue pasando. Además, en países que presumen de ser abiertamente liberales, anunciaron la prohibición de exhibir en sus calles y transportes públicos unos carteles anunciando la exposición sobre el centenario de la muerte del pintor austriaco Egon Schiele en el Museo Leopold de Viena.

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