A lo largo de cuatro décadas hubo una pieza de ropa que se hizo inmensamente famosa y que, casi, todas las mujeres tenían: un provocativo y sensual camisón cortó y escotado, conjuntado con unas braguitas, y confeccionado normalmente en satén o seda el cual era conocido como “picardías”. Dicho término suele usarse solo en España, siendo universalmente conocida esa pieza de lencería como “babydoll”; nombre que recibió a partir de 1956 tras el estreno de una película titulada de ese modo y que generó bastante polémica debido a la fuerte carga erótica de la historia. En Francia se conoce como “nuisette”. Por una parte en EEUU señalan como inventora del “babydoll” a la diseñadora de lencería Sylvia Pedlar, quien realizó un camisón más corto de lo habitual debido a la escasez de tela que había en aquellos momentos por la Segunda Guerra Mundial.