Sensaciones (B-64)

Cada vez son más las personas que tratan de mantener relaciones sexuales en las que alargar el placer durante mucho más tiempo y retardar la llegada del orgasmo, siendo la eyaculación lo menos importante de todo el proceso. Está práctica se conoce como sexo tántrico y proviene de una milenaria filosofía de vida y pensamiento oriental en el que a través del control de la mente y las emociones el placer que se siente es mucho mayor. Ese control mental de todas las partes del cuerpo proporciona que se focalice en determinadas zonas del mismo placer, aumentándolo o disminuyéndolo a voluntad de quienes están realizando el amor.

No se le da apenas importancia a la penetración, siendo los besos, masajes y caricias lo que proporcionan el placer. El poder gestionar todas esas sensaciones hace que se pueda retardar al máximo la llegada del orgasmo y que incluso, en el caso de los hombres, este venga sin la habitual eyaculación. Cabe destacar que algunos expertos en sexología advierten de la peligrosidad de retener muy a menudo la eyaculación a través de dicho método, debido a que en el caso de realizarse continuamente puede provocar que de forma natural no exista un apetito sexual, sino que éste solo se tendrá a voluntad de quien lo practica y, por tanto, la libbido disminuirá considerablemente además de causar que cuando se quiera eyacular ya no sea posible.

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